Datos personales

Mi foto
Talavera de la Reina, Toledo, Spain

Wikipedia

Resultados de la búsqueda

16 noviembre 2018

LAS TABERNAS




Hay gente que pasea la calle y hay gente que se refugia en una taza de café dentro de un bar. Al primero de los casos pertenecen aquellas personas que andan sin tino, son ruidosas, alegres, y parecen llevar mucha prisa cuando en realidad no van a ninguna parte. Llevan el paso vivo porque el cielo es azul, porque hace frío o hace calor, o porque el viento mece las hojas de los árboles; por cualquier cosa, que eso les da igual, porque sus vidas son vidas sencillas que van y vienen con la misma fuerza del río que despeña sus aguas no más nacer en lo hondo de una cumbre. Y hay personas en sosiego, silenciosas, plácidas y moderadas, que se apartan de la calle y se recogen en un bar mientras toman algo y observan la decoración que le acompaña, al tiempo que sueñan, sonríen o leen el periódico. No son soledosas, sólo que son ajenas al gruir de la calle y a las zahoras internas.

Cuando yo era un niño en el pueblo abundaban las tabernas. Digo bien, porque bar viene de la palabra inglesa barra, donde las bebidas se toman de pie y en el mostrador (pub y bar debería ser lo mismo). Y en la taberna, sin embargo, se sirven bebidas y comidas en barra y en mesas (está más emparentada con la cantina). En este aspecto no se corresponde la función que desempeñan los locales con el diccionario, pues la práctica ha ajusticiado a la taberna mixtificando la norma y ha terminado por colonizar la palabra “Bar” todas las actividades de este tipo. Imposible evitar que los tentáculos de la ciudad se apoderen de los pueblos.

Lo dicho, tabernas, y muchas, colmaban el pueblo. Todas en penumbra, calendario de propaganda en las paredes, sillas de enea, mesas vinosas, y al alcance las frascas del tinto y del blanco. Los licores en estantes: Veterano, Fundador, Espléndido, Insuperable, Fabuloso, Caballero, Corregidor, la Cazalla, Anís del Mono, La Asturiana, Las Cadenas, Bombita, Machaquito. Esencias de más de 40 grados para estómagos de rumiantes. Estos licores eran para casos especiales; porque la bebida de mayor uso era el vino, que se bebía en chatos, vasos pequeños de culo gordo, y se fumaba al tiempo tabaco de petaca o Ideales, estos ya manufacturados.

La taberna, al igual que la escuela, cumplía una función social. Los hombres pasaban allí la tarde-noche, aunque  apretara la cosecha, desgranando entre ellos las horas duras del día alrededor en una mesa con un cuartillo de vino y  unas raspas de bacalao, unos arenques y algo de matanza, todo llevado de casa. Algunas mesas tiraban de baraja. Era una espita por dónde escapaban los trajines y el forcejeo. Cuando la tierra se hallaba en tempero y en espera de trabajarla, las tardes eran dedicadas al dominó y al chamelo. Crearon escuela aquellos hombres de grandes manos callosas como hogazas de pan en donde se escondía el chato de vino y la botella semejaba un lápiz. Sólo hombres. Las mujeres, no. Ni los niños. No estaba prohibido, pero se daba por hecho que las tabernas eran cosa solamente de hombres. “Chafandín”, “Madrid”,  “El Vaquerillo”, “El Montón”, “El Fresco”, “Francisco  Alegre”, “Tarulete”, eran algunas de las que retiene mi memoria. En ninguna de ellas sucedió contratiempo alguno, salvo en la de Victoriano “Tarulete” que en más de una ocasión hubo de acudir al reclamo de Aniceto Bejarano, Juez de Paz, para responder de alguna que otra tropelía cometida contra su mujer. Pero eran problemas familiares  que no alteraban el curso de la familia tabernaria.

Ya las tabernas no existen, los bares modernos, ya queda dicho, han ocupado su espacio y en él tienen entrada mujeres y niños. Guardo el recuerdo de asomarme a ellas y ver y observar cómo en su interior todos los hombres se relacionaban en perfecta hermandad, sin sospecha alguna. Hoy, sin embargo, en los bares se respira otra cosa, no parece sino que al alterarse el concepto de taberna también han cambiado sus visitantes respecto a la avenencia y la cordialidad. Algunas veces  se nota una crispación que antes no se conocía.

El nombre y origen de la taberna-taberna es latino y, como era natural, se servía vino y comida. Y aquí dejo una perla de Baltasar de Alcázar, alabándola:

La taberna del esquina
lo suele a veces vender;
grande consuelo es tener
la taberna por vecina.
Si es o no invención moderna
vive Dios que no lo sé,
pero delicada fue
la invención de la taberna.


No hay comentarios:

Publicar un comentario