Dado que se aproxima la fecha de nuestro Santo Patrón San Antonio de Padua, y siendo un referente al antiguo oficio del carbón de los alamilleros, he creído oportuno
traer a esta página un esbozo de lo poco que se sabe de San Alejandro de Comana, también llamado Alejandro Carbonero. Y es que resulta que:
Es curiosa y muy aleccionadora la historia de este santo de tan raro apodo, cuya fiesta se celebra el 11 de agosto. Resulta que fue obispo y mártir en el siglo III. Lo que conocemos de él lo relata San Gregorio Niseno en su Vida de San Gregorio Taumaturgo.
Según San Gregorio Niseno, ya corría el siglo III, San Gregorio Taumaturgo fue invitado por los habitantes de Comana, en el Ponto, a organizar la comunidad cristiana de su ciudad. Cuando se trató de elegir obispo, el santo visitante fue descartando uno a uno a varios candidatos. Alguno de ellos, molesto y herido en su amor propio, se burló diciendo que quizá se podría elegir para obispo a un carbonero. A San Gregorio Taumaturgo le pareció bien la idea y mandó llamar al carbonero de la ciudad.
Pobre y sucio, se presentó Alejandro. San Gregorio, sabio y prudente, se informó sobre él; resultó ser un hombre excepcional que, de hecho, había sido rico y filósofo, pero lo había abandonado todo por ascesis con el fin de construir su entendimiento, practicando las reglas y viviendo humildemente en aquel oficio. La elección recayó sobre él y fue un dignísimo obispo.
Martirizado en la hoguera en tiempos del emperador Aureliano, es patrono de los carboneros.
Curiosa historia, Mario, pero la moraleja es facilóna: Mejor es ser un cabroncete que santiño y que despues hagan una barbacoa contigo.
ResponderEliminarUn abrazo
En ese punto te doy la razón. Lo que pasa es que en aquellos tiempos, tú lo sabes bien, no hacía falta ser del clero para que te fumigaran. Pregunto: ¿lo quemarían con carbón?
ResponderEliminarUn abrazo