Esto
que cuento parece un cuento,
Pero no es cuento.
Es rápido, tierno y cortito.
Como la vida.
Pero no es cuento.
Es rápido, tierno y cortito.
Como la vida.
Ya
lo aviso: no hay perdices al final,
Ni hadas, ni brujas, ni terror, ni magos;
Sólo un verano caliente
Que no lo salva un milagro.
Ni hadas, ni brujas, ni terror, ni magos;
Sólo un verano caliente
Que no lo salva un milagro.
Un
camioncito renqueante,
Con sandías de Velada.
Una entrada a la ciudad,
Una barriada.
Una
carretera tuerta,
Baches y socavones,
Ese camioncito baila,
Van alertando sus sones.
Se
le mueve la carga,
Se le cae una sandía,
Y a un grupo de niños vagos
Les ha amanecido el día.
Suben
dos niños,
Tiran abajo sandías,
Otros las van recogiendo
Sin mirar cicatería.
Se
detiene el auto,
Baja el conductor,
Los niños se enriscan
A su alrededor.
Sigue
tu camino, jornalero,
No hay pan en las casas,
Ni trabajo, ni dinero,
Ni leña ni brasas
Que calienten puchero.
Y
con estas sandías
Calentamos el cuerpo.
Para ti es baratija,
Para nosotros sosiego.
Con sandías de Velada.
Una entrada a la ciudad,
Una barriada.
Baches y socavones,
Ese camioncito baila,
Van alertando sus sones.
Se le cae una sandía,
Y a un grupo de niños vagos
Les ha amanecido el día.
Tiran abajo sandías,
Otros las van recogiendo
Sin mirar cicatería.
Baja el conductor,
Los niños se enriscan
A su alrededor.
No hay pan en las casas,
Ni trabajo, ni dinero,
Ni leña ni brasas
Que calienten puchero.
Calentamos el cuerpo.
Para ti es baratija,
Para nosotros sosiego.
Amigo mío,
Esto que te cuento
No es un cuento,
Es una verdad
De otro tiempo.
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