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26 septiembre 2016
CÓDIGO ÉTICO POLÍTICO
Visto lo visto en las Provincias Vascongadas y en Galicia, es hora de que el PSOE tome una postura firme, valiente, decisiva e inmediata el día 1 del próximo octubre. Está claro que el señor Sánchez ha fracasado rotundamente en su gestión y se necesita darle un viraje de 180 grados a la nave, esto es, meter la caña a estribor en demanda del rumbo opuesto, dada la extrema debilidad en la que la está dejando. Este hombre, al que solo lo quieren quienes bailan a su alrededor, sobra en el PSOE, pero el PSOE hace falta en España. Con el horizonte político actual, tan de banda ancha, una izquierda moderada se hace necesaria en nuestro país, no vaya a ser que el galgo se coma al mastín de una dentellada, que a punto está, y arrastremos consecuencias futuras desesperantes.
Bien, todo esto es cosa sabida, pero ¿cómo se soluciona el problema, cómo se rehabilita el PSOE, cuál debe ser su mensaje diferencial para volver a ser el que era? Yo no tengo la respuesta, naturalmente, porque no soy político, pero como observador de calle me gustaría opinar con brevedad.
Desde Felipe González, que llevó al PSOE a su más alto nivel, la bajada de votos ha sido aparatosa. Comenzó con el señor Zapatero, el más dañino y desafortunado de los gobernantes, hasta terminar con el actual, que ha hecho bueno al anterior, y que bien pudo decir aquél al salir que “otro vendrá que bueno me hará”. Tiene el PSOE tarea por delante y cómo enardecer y seducir de nuevo a los suyos no va a ser fácil. Pero debería tener en cuenta una cosa, que es muy clara, y es que el español se deja cautivar por jefes de buena educación, con cultura, con formación, con dicción clara, con pericia, con inteligencia… Si está demostrado en la sociedad civil, ¿por qué no va a funcionar igual en la política? Les aconsejaría la redacción de un código ético (válido para todos los partidos políticos) donde se señalarían los comportamientos a seguir en cualesquiera de sus actuaciones populares, con la condición de que se lo aprendan de memoria no solamente los dirigentes, sino las bases, reuniéndose una vez por semana y por distritos, y cantar los artículos a guisa de como se aprendió siempre la tabla de multiplicar, que ni te cuento lo bien que quedaba. Educar a la gente lleva tiempo, pero tal vez en un decenio se pueden obtener resultados plausibles. Seguro que surgirán candidatos aseados, conocedores del perfil de los españoles, especializados en el trato humano, y corteses, amables y risueños. Y será otra cosa, oiga usted. Será un alivio no escuchar voces ni insultos en sus intervenciones. Por favor, no nos mientan en sus discursos; miren al pueblo, no se miren al ombligo, que todos tenemos uno y todos son iguales; hablen entre sí, que no es malo, y es lo que hacemos todos, todos los días del año; empiecen por bajarse los sueldos, así tal vez no haya tanto interés por escalar posiciones; limítense los mandatos, que no nos gusta ver la misma cara en los telediarios año tras año. Y no nos ofendan injuriando al oponente buscando el aplauso, que somos gente pacífica y sabemos puntuar del uno al diez el lugar que usted ocupa. Muchos valores de los que aquí reclamo tenía el PSOE de antes: gente culta, educada, entendida (la réplica empezaba con un “sin acritud”, ¿recuerdan?) Fue un partido que tenía utilidad pública. Y funcionó.
A mí, españolito, no me vale un gobernante cualquiera. Tengo mi guía, como todos. Y tanto yo, como muchos, vamos por ese camino que acabo de exponer. Espero que el día 1 sepa elegir el PSOE su candidato, pero ¿hay a la vista alguno que reúna condiciones? El galgo, a pesar de su anemia, lamentablemente se comerá al mastín.
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ResponderEliminarJo, mi amigo, como se nota que has navegado entre corazones de tinieblas congoleños o entre inquietantes ballenas blancas...Manejas la caña del timón con destreza sugerente y aunque estoy completamente de acuerdo contigo mi tendencia es pesimista, no es país el nuestro para resignarse al verbo comedido. Los tiempos han cambiado, dicen, pero las formas se mantiene sin solución e continuidad. Un abrazo.
EliminarNada de nada, mi amigo. Navego desde un sillón y con un viejo atlas que me sirve para soñar. Para el manejo del timón cuento con amigos marineros. Como tú, que me informan cómo es la mar más allá de la orilla. Respecto al verbo, el comedido hay que buscarlo en los libros, y no en todos. Y es que cuando la naturaleza se exalta, la palabra no es consustancial al ser. "Cosas veredes..."
EliminarUn abrazo.